martes, 31 de diciembre de 2013

Punto


Todo este tiempo solo he sido un punto en el espacio.
Saltando y gritando y riendo y emocionándose y rebotando y llorando y berreando... 

Junto a una línea entre dos puntos creyendo que formaba con ellos un triángulo.

Hubiera dado igual que me borraran.

Desde mi lugar lanzaba mi propia línea para ver si lograba conectar.
Acercándome a un punto y alejándome del otro, creyendo cambiar la forma del triángulo.
Creyendo ser parte de la ecuación.

Y la verdad es que no.

Ahora que la línea se desvanece, sólo somos puntos dispersos, y yo he quedado inmóvil.

Inmóvil.

(Consternado.
Afligido.
En una empatía que no va conmigo.
Es verdad lo que dijeron que decía mi mano; soy mucho más sensible de lo que mis manos cuentan.)

(Todo el tiempo solo he sido un espectador. De primera fila. De esos que no se ven por el brillo de los reflectores.)

Que borren mi inmóvil punto.

Quiromancia


Quien dice que se tiene que cumplir lo que dice la mano?
Quien dice que mi mano sabe más que yo de mi mismo?

Si, es verdad,
mi vida amorosa nunca ha sido miel sobre hojuelas,
En realidad, yo no diría que ha sido siquiera.
Sigue siendo inexistente.

Lo que si tengo es una vida pasional.
Y mis pasiones son muchas,
Y muchos. 

Si esa vida está llena de sufrimiento y dolor,
y el dolor es inevitable pero el sufrimiento opcional,
irremediablemente me he encargado de hacer de mi vida sentimental una mierda.

Qué necesidad?
Ninguna.
Necedad.

Diez minutos.


Diez minutos.
El calor del dorso de mi mano en tu pierna.
Reír juntos.
Vernos en silencio.
Eso basta.
Vuelvo a ser un completo pendejo.