miércoles, 12 de junio de 2013
miércoles, 5 de junio de 2013
Irreversible
Al final,
en resumen de las cuentas,
¿cuánto va a quedar de mi?
¿cuánto va a quedar de mi corazón?
¿cuánto va a quedar para amar si cada uno se lleva un pedazo consigo?
¿qué pasará si me queda tan poco que ya no sea capaz de amar?
No me quiero convertir en ti.
En algún momento te hice parte de mi vida,
o incluso ella misma.
Ahora,
¿Cómo te deshago de mi vida?
Convulsionando. (Dentro)
Tirado, en posición fetal.
Sudando.
Meciendo.
Quejando.
Tapándome los oídos en vano,
tratando de no escuchar las palabras que vienen desde dentro.
Tirado, en posición fetal.
Llorando.
Jadeando.
Retorciendo.
Apretándome el pecho en vano,
tratando de no sentir lo que nació dentro.
Y sentir... convulsionando.
Ya no quiero sentir.
martes, 4 de junio de 2013
Árbol roto.
¿Yo, romperme?
No.
Será que tengo ramas muy delgadas, y cualquier viento me las sacude.
Será que tengo demasiadas hojas que caen con extrema facilidad.
Será que hasta la brisa me empuja.
Pero romperme, no.
Me doble, sí.
Romperme, no.
Ya no.
sábado, 1 de junio de 2013
Nota #9: Sobre la perversión y malicia.
—El amor es un juego que requiere perversión y malicia... y esas cosas yo no las sé jugar.
Intruso.
¿A qué te sabe joderme el ser y robarme el existir?
Tú eres el que no debería existir,
¡no en mi vida!
¿Quién te puso aquí?
¿Qué he hecho yo para merecer tu intrusión?
No soy,
Tú eres,
esa es la razón de que te prefiera.
Si no fueras,
si no existieras,
tal vez me escogería a mi.
Pero existes.
Y no bastaba con que existieras,
tenías que seguirme hasta aquí
y recordarme que siempre te sales con la tuya;
demostrarme que los hipócritas tienen finales felices,
y los justos, lo único que tenemos es miedo.
¿A qué te sabe mi odio de nuevo?
¿A qué te saben mis celos?
Provocas que me odie casi tanto como a ti.
No quiero ni verte
y no dejo de pensarte
ni de maldecirte lo suficiente con cada vez que te pienso.
Desde un principio supe que tenerte por aquí no traería nada bueno.
¿A qué te sabe mi dolor?
¿A qué te sabe mi punzada en el pecho?
¿A qué te sabe aparecerte justo cuando creí me tocaba ser feliz?
¿A qué te sabe destruirme y llevarte lo que más quiero?
¿A qué te sabe mi vida?
Instrucciones para olvidar.
que con él no me he de empachar.
Guárdeme mis comentarios
que la gente ya habla demasiado.
Trágueme los celos,
porque tú y yo no somos nada.
Guárdeme mis dudas
porque a nadie interesan.
Olvídeme mis miedos
que no debo temer
a la bestia que ya me devoró.
Recoja mis pedazos
y llévelos yo mismo al basurero.
Ahórreme el desvelarme por pensar demás,
y ahórreme las neuronas y las ojeras que ello conlleva.
Evíteme los pañuelos y el helado frente al televisor.
Trágueme el nudo en la garganta
y alterne entre hablar, respirar y llorar.
Olvídeme de cualquier "señal" que me pareciera hubieras dado.
Ahórreme la tinta y la saliva.
Evíteme volver a sentirte.
Quédeme dormido con la pluma en las manos y los ojos empapados.
E imperativamente,
cálleme este sentimiento
que a mi trae miseria,
y a ti te da igual.
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